HISTORIA
La tradición a partir de la constancia.
Su origen se establece a mediados del siglo XX. Los fundadores, Don Antonio Galán López y Doña Soledad Portero Urbano eran un matrimonio montillano dedicado a la labor en el campo.
Habían luchado por crecer, en distintas localizaciones de la campiña cordobesa, en proyectos que los llevaban a comprar, cultivar y recolectar, cambiando de tierras cuando surgía una posibilidad de mejora.
En ese tiempo, con unos hijos ya dispuestos para ayudar en las labores familiares, se decidió fundar una pequeña bodega, un negocio familiar donde, a raíz de los estupendos viñedos de la comarca, elaborar vinos de calidad. Los inicios fueron duros, luchando por encontrar un hueco en un mercado establecido y nada fácil, como es el del vino montillano.
Elaborando vinos de excelente calidad.
Como era lo más habitual, empezaron elaborando vinos finos, cuidando con esmero la elaboración, pero pronto se dieron cuenta de la dificultad, competencia y fluctuaciones de precios de estos mercados, y en consecuencia se decidieron por algo arriesgado pero ilusionante; elaborar vinos dulces Pedro Ximénez. Vinos elaborados a partir del soleado de la uva hasta la pasificación.
En esta situación, decidieron abogar por elaborar un vino de excelente calidad, pese a la complicación y coste que eso implicaba. Con su viña, Antonio y sus hijos elaboraron con esfuerzo grandes vinos dulces y de reconocida calidad, aprovechando que el terreno, el clima, y sobre todo la variedad de la uva, Pedro Ximénez, se prestaban de manera única a elaborar el vino enseña desde entonces de la bodega.